Gustavo Petro se convierte en el primer presidente de izquierda de Colombia

Tras la segunda vuelta de las elecciones, Gustavo Petro se convierte en el primer presidente de izquierda de Colombia. Pero, ¿quién es el nuevo líder de Colombia? ¿Cuáles son sus propuestas? ¿De dónde viene y qué planea hacer con los reinados de la nación en conflicto? Echemos un vistazo al perfil del hombre que liderará el convulso país.
Gustavo Petro ganó la segunda vuelta de las elecciones colombianas con más de 11 millones de votos contra Rodolfo Hernández en una acalorada segunda vuelta el domingo pasado. Su triunfo marca la tercera candidatura presidencial —la tercera es la vencida— del ex guerrillero marxista y economista que ahora asumirá Nariño en agosto próximo. Lea nuestro perfil a continuación.
Gustavo Petro se convierte en el primer presidente de izquierda de Colombia
Gustavo Francisco Petro Urrego, n. 1960, es un economista y exguerrillero marxista de Colombia que encabezó el llamado Pacto Histórico. El “Pacto” es una mezcla bastante heterogénea de movimientos de izquierda y de base de todos los escenarios de Colombia que estaban hartos de la política imperante del statu quo y decidieron dar un giro radical a la izquierda.

El pasado violento de Petro y su constante coqueteo con los movimientos de izquierda dura de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador preocupan a muchos colombianos. Además, el evidente alineamiento de Petro con las narcoguerrillas es una causa legítima del problema. Sin embargo, Petro asegura que sus aliados políticos no lo desviarán del rumbo que ha fijado en la reorientación del aparato político y económico de Colombia.
¿Qué propone Petro?
Petro propone una reforma sustancial de base del sistema judicial. Y el marco educativo también está en sus ojos para la reforma. Hoy en día, el statu quo —un sistema fracasado de dos décadas— no parece brindar soluciones para los colombianos, y la pandemia lo empeoró aún más. Para Petro y sus compinches, planean resolver eso desde la perspectiva de la planificación comunitaria. Además, el movimiento juvenil que le dio las llaves de Nariño a Gustavo Petro espera con ansias sus reformas para solucionar el desempleo.
Política Interior
Estas reformas no serán fáciles y el Estado colombiano tiene severos problemas presupuestarios y fiscales. El Estado colombiano enfrenta constantes amenazas de paramilitares armados y fuerzas narcoguerrilleras —sin embargo, las primeras están ideológicamente aliadas con Petro—, y para financiar sus reformas masivas, Petro podría encontrarse aumentando los impuestos, una reforma muy impopular entre los colombianos fiscalmente conservadores, particularmente en el regiones que lo votaron como el más fuerte.

Oposición no tan fuerte
Para complicar aún más las cosas, Gustavo Petro enfrenta una dura oposición en el Senado y la Cámara Baja. Sin embargo, tiene algunos votos de su coalición. Sus legisladores aliados tendrán que recurrir a la mediación y pactar con la fuerte oposición en el Senado. Además, el único problema de la oposición es que es una oposición sin cabeza. Porque el segundo candidato, Rodolfo Hernández, el ex alcalde de Bucaramanga, no tiene representación política en el Congreso. Y los representantes de la oposición en el Poder Legislativo pertenecen al statu quo que fue tan duramente rechazado en la primera vuelta.
Relaciones Exteriores
La llegada de Petro a Nariño implica varias cosas. En primer lugar, el vecino más cercano de Colombia, Venezuela, dará la bienvenida al ascenso al poder del líder izquierdista. Para empezar, las relaciones diplomáticas entre Caracas y Bogotá han sido tensas durante más de dos décadas. Y Venezuela, aislada, privada de recursos y en constante búsqueda de ayuda de aliados lejanos como Rusia e Irán, buscará ahora una política de fronteras abiertas.
Además, Petro, un duro crítico de la presencia de bases militares estadounidenses en territorio colombiano y los resultados del “Plan Colombia”, la política de Guerra contra las Drogas liderada por Estados Unidos en su país, buscará eliminar esos puestos de avanzada allí. Preocupando y tensando aún más las relaciones diplomáticas con Washington DC. Más aún, Petro buscará realinear las relaciones geopolíticas de Colombia con los marcos de cooperación regional. El Foro de Puebla, el Foro de Sao Paulo y la Unión de Naciones Suramericanas tienen una impronta de izquierda.
Conclusión
Gustavo Petro podría haber ganado una elección aplastante en Colombia. Aun así, se enfrenta a duros desafíos para liderar un país muy dividido. Sus acciones tendrán un fuerte impacto en la región. ¿Y las Américas soportarán otro realineamiento geopolítico? Tendremos que esperar y ver como la próxima gran elección, Brasil, llega a la vuelta de la esquina.
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